
por: Michael Berg
Vivir como una persona espiritual no significa abandonar los pensamientos y sentimientos que llenan nuestras vidas, a diario. No hay necesidad de purgar la felicidad, el amor, el miedo, el deseo, la alegría e incluso el enojo para seguir un camino verdaderamente espiritual. De hecho, lo opuesto es verdad, y nuestras emociones pueden ayudarnos enormemente a conectarnos con la Luz. Simplemente necesitamos hacernos una pregunta muy básica: ¿Tenemos el control de nuestras emociones, o son nuestras emociones las que nos controlan a nosotros? Nuestras emociones están conectadas a frecuencias específicas, o emanaciones, a través de las cuales la Luz del Creador irradia desde los Mundos Superiores. Cada una de estas emanaciones tiene un nombre y un propósito específico. Son como portales a través de los cuales la energía fluye entre la dimensión física y la espiritual. La forma en que nos sentimos, y lo que es más importante, la intención y la motivación de nuestras emociones afectan a la velocidad y la calidad de este flujo. Este mes tenemos la oportunidad de incrementar la energía positiva que fluye en nuestras vidas a través de nuestras emociones.

Y una emoción muy importante en la que quiero centrarme es el amor. Los kabbalistas dicen que hay dos tipos de amor: el amor del ego y el amor que comparte. El amor del ego se da cuando nuestro amor está condicionado a lo que la otra persona nos da a cambio, de nuestros cuidados. Es un amor que se enfoca en el “yo”. El amor que comparte se da cuando sentimos un deseo innato de cuidar del otro, aunque no nos dé nada a cambio. Es el amor que no depende de nada. Es un amor que se enfoca en el “tú”. Es el segundo tipo de amor el que nos conecta con la Luz del Creador y trae verdaderamente a nuestra vida las bendiciones y la satisfacción que todos buscamos. Y es este tipo de amor el que pone nuestro crecimiento espiritual, a prueba. Podemos hacer ciento una conexiones espirituales distintas, pero si no estamos constantemente despertando y cultivando nuestro amor hacia los demás, no estaremos conectándonos con la Luz del Creador. Cada uno de nosotros tiene la habilidad de abrir un canal de amor este mes. Cuanto más practiquemos el amar a los demás sin motivo alguno, más se abrirá el canal. Esto puede resultarnos desafiante y contrario a nuestra naturaleza, pero cuanto más despertamos el amor genuino, más milagros veremos en nuestra vida.

"La luz cree que viaja más rápido que cualquier otra cosa, pero se equivoca. Da lo mismo lo rápido que pueda viajar, porque al final, la luz descubre que la oscuridad ha llegado antes que ella y la está esperando." (Terry Pratchett)

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